Desmontando mitos

Los palillos mondadientes son buenos, los cepillados muy enérgicos limpian más, si no me duele no voy al dentista…son creencias populares que urge eliminar a golpe de información

El desconocimiento ha hecho y hace mucho daño a la salud bucodental de la población general, que ha terminado por hacer suyas creencias erróneas que se apoyan en una nula base científica. Entre las más importantes, los expertos quieren desmontar la que habla de que el uso de cepillos dentales de cerdas duras y el cepillado brusco limpia mejor los dientes. Al contrario, este gesto que muchos dan por bueno puede provocar desgaste en el esmalte y retracción de las encías. En esta línea, tampoco son más higiénicos y eficaces los colutorios con alto contenido en alcohol, ya que pueden modificar la calidad y cantidad de saliva, provocando sequedad en los tejidos orales. Una gran parte de la población, también, considera que las limpiezas profesionales agreden al esmalte, cuando en realidad los nuevos aparatos sódicos y ultrasónicos producen ondas vibratorias capaces de romper el cálculo formado en el diente sin invasión. La limpieza profesional no solo no daña el esmalte, sino que elimina la placa bacteriana de forma 100% segura.

En otro orden de cosas, el uso de palillos mondadientes, tan extendido, puede producir lesiones en los espacios interdentales por culpa del trauma repetitivo. Cuando el espacio es suficiente, mejor el cepillo interdental, y si es pequeño, la seda. Cuando sangran las encías, dice la ‘sabiduría’ popular que es mejor no cepillar. Falso. Una encía sana no debe sangrar, porque esa circunstancia es síntoma de inflamación y enfermedad. Tampoco es cierto que con el paso de los años sea normal perder las piezas dentales; manteniendo una correcta higiene bucal, los ancianos pueden sonreír con su dentadura por mucho tiempo. Hoy en día, la denominada ‘piorrea’ o periodontitis, que provoca pérdida de hueso alrededor de los dientes, con el tratamiento adecuado realizado a tiempo no necesariamente debe ser sinónimo de pérdidas de piezas dentales, aunque muchas personas así lo creen.

En manos de los profesionales está la labor divulgativa para que creencias populares tan peligrosas como éstas, que se han instalado en la sociedad, poco a poco vayan abandonando su puesto preferente.

Fuente : Infomed Dental, nº 396 septiembre 2016