Tenemos que admitirlo. Para muchos pacientes, las visitas al dentista resultan especialmente incómodas. Sobre todo, para aquellos que sienten auténtica aversión a las agujas. No obstante, todo indica que por lo menos ese miedo podría quedar superado muy pronto.
Hasta ahora, la única manera de administrar anestesia antes de llevar a cabo una intervención bucodental era a través de finas agujas que no resultan ni mucho menos un consuelo para aquellos que se sienten incomodados por este instrumento. Hasta ahora. Un estudio de la Universidad de Sao Paulo, recogido por la web www.sciencedirect.com, indica que esas mismas agujas podrían ser sustituidas por pequeñas descargas eléctricas.
“La administración sin agujas podría ahorrar algunos costes, mejorar el cumplimiento terapéutico por parte del paciente, facilitar la aplicación y disminución de los riesgos de intoxicaciones y contaminaciones”, ha señalado a este respecto la profesora Renata Fonseca Vianna Lopez, quien ha llevado a cabo este estudio junto con los profesores Camila Cubayachia, Rene Oliveira do Coutoa, Cristiane Masetto de Gaitania, Vinícius Pedrazzib y Osvaldo de Freitasa.
El sistema se basa en la aplicación de un proceso llamado iontophoresis, por el que se aplica una corriente eléctrica suave y sin dolor a través de la hidrogel. Un método que permite además aumentar en 12 veces el hidrocloruro de prilocaína impregnado a través del tejido y por el que se consigue un efecto anestésico rápido y de acción prolongada.
Información obtenida de Infomed dental nº 385 (29 de enero de 2016)